Es “Pies Descalzos, Sueños Blancos” lo primero que respondo cuando me preguntan cuál es mi canción favorita, es una respuesta automática. Y sea tal vez esta la respuesta porque esta es la primera canción que me gustó en serio, ninguna antes que esta logró emocionarme tanto. Debe ser porque a los once años uno no está muy preocupado de la música y se limita a escuchar lo que oyen sus padres (o al menos así era quince años atrás)
A mis once yo era relativamente feliz, aún no entendía las complicaciones de la vida adulta y no entendía a qué venía tanta queja. Debo confesar que aún hay muchas que me parecen innecesarias. Más o menos de eso habla la canción.
¿Cómo pretendes ser feliz si no has luchado por ello? ¿Cómo pretendes tener todo si nada has sacrificado para tal cometido?